De cara al ocaso veo los mundos juntarse.
Mis caras se juntan al verse, y se gustan.
Una selva cae de las alturas,
una lluvia del sol.
Mi tierra es ya una con las mareas.
Es hora de pensar en el futuro,
aun más.
El pasado seduce con su malestar.
Se tiñe de los colores del cielo,
se sumerge en las aguas del mar.
Mi líquido es ahora espeso,
mis alturas son bajas.
Es hora de esperar con la mente,
que sabe.
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