Ya ha pasado el tiempo desde el último.
Aproveché para ver los viejos
y me complacieron.
Sin embargo queda la duda del futuro y de la duda imborrable,
de esa que no tiene respuesta.
Mis ungüentos son viejos,
como los que leí,
y me secan la piel,
me queman el alma.
Al sol me planto y percibo los insectos comerme desde afuera,
me lamen,
me expulsan de la flora.
Soy humano,
soy ese de la pregunta imposible.
Creo que ahora soy más prosaico.
¿Me habré quedado sin ideas?
Este es mi momento para el alma que se atiempa con el más viejo que parece joven:
sólo es cosa de pulirlo.
Reflejos
Reflejos-PG: blog LITERARIO sin tiempo NI espacio
sábado, 17 de diciembre de 2011
sábado, 15 de octubre de 2011
El confort está en la posibilidad de confort sin nunca llegar al confort
Título original: Sobre no observar siempre desde el mismo ángulo porque entonces se perderá el tiempo observando aunque observar sea un excelente hábito pero si se lo hace mal no valdrá ni que se haya observado por un tiempo prolongado, más hubiera valido haber observado desde diversos ángulos por un tiempo más corto
Hay que salir de la zona de confort para observar desde distintos ángulos. No para ir al inconfort, sino para experimentar cosas nuevas. Si se ha llegado a sentir cómodo observando es porque ya no hay nada qué observar desde donde se está, entonces, ¡a salir de ahí aunque se esté confortable! No hay manera de observar bien si siempre se hace desde el mismo ángulo (desde la misma toma fija) porque tarde o temprano se habrá explotado todo lo que ese ángulo tenía que decir sobre lo observado; porque la rutina habrá vuelto monótono lo observable. Lo observable es siempre cambiante, pero si se le mira desde el mismo punto, parecerá hacerse monótono.
Muchas veces llego a mi zona de confort al saber que puedo pensar cosas que luego leeré con regocijo, entonces, ¿cómo salir de esa zona de confort? ¿Acaso será pensando estupideces? Más bien es pensando cosas diferentes de las cuales aun no tenga un pensamiento completo. Se trata de no quedarse en lo que se ha hecho para reproducirlo (releerlo, rebobinarlo, etc), sino en producir más cosas que sean reproducibles.
Hay que salir de la zona de confort para observar desde distintos ángulos. No para ir al inconfort, sino para experimentar cosas nuevas. Si se ha llegado a sentir cómodo observando es porque ya no hay nada qué observar desde donde se está, entonces, ¡a salir de ahí aunque se esté confortable! No hay manera de observar bien si siempre se hace desde el mismo ángulo (desde la misma toma fija) porque tarde o temprano se habrá explotado todo lo que ese ángulo tenía que decir sobre lo observado; porque la rutina habrá vuelto monótono lo observable. Lo observable es siempre cambiante, pero si se le mira desde el mismo punto, parecerá hacerse monótono.
Muchas veces llego a mi zona de confort al saber que puedo pensar cosas que luego leeré con regocijo, entonces, ¿cómo salir de esa zona de confort? ¿Acaso será pensando estupideces? Más bien es pensando cosas diferentes de las cuales aun no tenga un pensamiento completo. Se trata de no quedarse en lo que se ha hecho para reproducirlo (releerlo, rebobinarlo, etc), sino en producir más cosas que sean reproducibles.
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pensamientos
4 razones de la adicción a los juegos de azar
Las siguientes son 4 razones de la adicción a los juegos de azar (aplicables también a la adicción a jugar en sí):
1
La clave del juego es sentirse predestinado a ganar. Aunque de 100 personas sólo gane uno, la persona se siente ese uno. Por eso la excitación por el juego, aunque de 100 intentos sólo se gane una vez.
2
La transgresión lleva al juego. Al jugar se transgreden todas esas voces que dicen "no juegues". Tales voces vienen del interior. Al transgredirlas el jugador se siente liberado.
3
Tener un fin superior que dé permiso de jugar. Es decir, jugar en nombre de un objetivo en el que la propia voluntad está depositada. Este fin superior se convierte en una excusa para jugar. El juego se convierte en prioridad, lo demás es secundario.
4
El clima de alegría en torno al juego. El jugar despierta la pasión, por ello desde niños se le da una importancia enorme al juego: en torno al victorioso en el juego (casi siempre por azar, no por habilidad) hay siempre un séquito de personas ávidas de alegría, que dan a su vez alegría. Por ello el deporte (siendo un juego de habilidad y de azar) genera tanta industria.
*Quizás hayan más razones. Recomiendo leer "El Jugador", de Fedor Dostoyevski.
1
La clave del juego es sentirse predestinado a ganar. Aunque de 100 personas sólo gane uno, la persona se siente ese uno. Por eso la excitación por el juego, aunque de 100 intentos sólo se gane una vez.
2
La transgresión lleva al juego. Al jugar se transgreden todas esas voces que dicen "no juegues". Tales voces vienen del interior. Al transgredirlas el jugador se siente liberado.
3
Tener un fin superior que dé permiso de jugar. Es decir, jugar en nombre de un objetivo en el que la propia voluntad está depositada. Este fin superior se convierte en una excusa para jugar. El juego se convierte en prioridad, lo demás es secundario.
4
El clima de alegría en torno al juego. El jugar despierta la pasión, por ello desde niños se le da una importancia enorme al juego: en torno al victorioso en el juego (casi siempre por azar, no por habilidad) hay siempre un séquito de personas ávidas de alegría, que dan a su vez alegría. Por ello el deporte (siendo un juego de habilidad y de azar) genera tanta industria.
*Quizás hayan más razones. Recomiendo leer "El Jugador", de Fedor Dostoyevski.
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pensamientos
domingo, 9 de octubre de 2011
Pensamientos modificados. Ideas en el limbo
En un momento dado decidí escribir todo lo que pensara, pero el sólo hecho de escribir lo pensado mientras se piensa modifica el pensamiento original. Por ello al editar un texto se modifica aunque sea sólo un poco el pensamiento del autor. Entonces no hay manera de escribir lo pensado, porque nunca se llega a poder expresar por palabras lo pensado, ni con pinturas, ni con música. Todo lo que se puede hacer ese ofrendar acercamientos a los pensamientos. Los pensamientos originales siempre se olvidan, pero siempre existen. De allí se conciben las ideas.
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pensamiento
lunes, 23 de mayo de 2011
jueves, 27 de enero de 2011
De Sentimiento - La verdad de las distancias
Yo soy un hombre de sentimientos. Caigo en los maternales brazos del sentimiento. Mi vida transcurre por la senda del sentimiento. Mi cobija se siente caliente, y fría. Amo y odio, porque ambas cosas se sienten. Siento el dolor y el aguante, la penumbra y la ebriedad; siento el placer y la facilidad, y la luz al final de esa senda oscurecida por el sentimiento e iluminada por el sentimiento, y la sobriedad como cobija fría que al calentarse recuerda con dolor lo que alguna vez fue su sentimiento más característico.
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