Nuestras bodas hubieran sido en los vapores de Dios,
ese que posee el camino en la vida y en una botella
de champaña, de la que te daría aun
aunque nuestras bodas estén muertas.
Sos un un camino de bellezas,
y ya no puedo posar mis males de hierbas
allí donde decías que nacería nuestro hijo,
cual árbol de la vida con olores de dioses.
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